La educación de los hijos

Si ahora mismo tienes o planeas tener hijos, seguramente te habrás preguntado alguna vez cuál es la mejor manera de educarlos o qué se puede hacer para no cometer errores como padre o madre. En realidad, no hay nada escrito, pues como seres humanos tenemos características diferentes, y lo que funciona con un hijo puede ser que no funcione con otro. El mundo está en constante cambio y los estímulos y exigencias varían de generación en generación, así que ni siquiera se puede tomar la propia educación de los hijos como modelo imitativo único y efectivo. Sin embargo, aunque no haya una receta exacta que nunca falle en este difícil arte, a continuación se presentarán varios consejos que le pueden ayudar en esta ardua tarea de educar.

Mis consejos para dar una buena educación a los hijos:

1. Demuéstrale mucho amor a sus hijos

Ésta es la tarea más importante ya que ellos sentirán lo importante que son para usted, lo mucho que valen, les dará seguridad, apoyo y sentido de pertenencia. Demuéstrales constantemente el interés sincero, acérquese a ellos, que un padre no demuestra su autoridad siendo distante, enérgico y frío, sino sabiendo dar amor y poniendo límites al mismo tiempo. Cuando sean varios hermanos hay que prestar mucha atención de dedicarles a todos el mismo tiempo para que no aparezcan los celos entre ellos.

2. Doses de disciplina en los momentos adecuados

Esto no quiere decir dejarlos hacer todo lo que ellos quieran. La disciplina es muy importante para la educación de los hijos, pues le ayudará a regularse de acuerdo a las normas, a mantener una disciplina personal y a cumplir con responsabilidades. Sin embargo esta disciplina debe ser asertiva, dando indicaciones claras, precisas e imponiendo límites claros también. Haga sentir a su hijo que el motivo de un regaño no es hacerlo sentir mal, sino ayudarlo a mejorar en lo que sea necesario. Para esto cuando le llame la atención es mucho mejor intentar hacerlo cuando los dos estéis solos, pues el fin no es humillar, sino intentar mejorar. Así mismo céntrese en la conducta como tal, hágalo sentir que su valor como persona no ha cambiado, lo que puede cambiar es su conducta.

3. Dedícales tiempo

Pasa el mayor tiempo posible con tus hijos, comparte todo lo que puedas con ellos, juegue, háblales, enséñeles a desarrollar una buena relación familiar, que crezca el espíritu de pertenencia como familia.

4. Enséñales valores y modales

También tome en cuenta que como niños, necesitan padres que le enseñen los valores y modales básicos para desenvolverse e interactuar efectivamente con las demás personas. Motive e inculque el respeto, la honestidad, la amabilidad, la empatía, la cooperación, el espíritu de servicio son aspectos que no deben olvidarse en la educación de los hijos. Recuerda además que tú serás el modelo de tu hijo, y que hagas o cómo te comportes es susceptible de ser imitado por ellos. Por tanto tienes que tratar de ser un buen ejemplo a seguir, pues nadie puede pedir o exigir a otros algo que el mismo no está dispuesto a hacer.

5. Escúchales siempre

Escucha a tus hijos, sin importar su edad haga que sientan que usted valora su opinión o lo que pueden decir en determinado momento. Dedíqueles atención, trata de entender su punto de vista, ayúdales a crear independencia, que de acuerdo a su edad, tomen decisiones, permita que gradualmente gocen de más libertad y control sobre su propia vida, siempre dentro de límites bien establecidos.

6. Acepta que puedes equivocarte

Por último, y no por eso menos importante, ten siempre presente que como padre siempre puedes equivocarte y no eres infalible. Sé realista porque no hay nadie perfecto. Además, las influencias externas, como el entorno de su grupo de amistades, puede influenciar de manera notable en la educación de los hijos. Tienes que ser muy consciente de que no todo va salir siempre bien. Además recuerde que antes que padre fue esposo (a), así que dele prioridad a su pareja, a sus necesidades, pues se ha demostrado que las parejas que ponen en primer lugar su matrimonio son las que tienen mayor éxito como padres, las parejas que giran alrededor de los niños no logran ni matrimonios ni hijos felices.